Llegan esos días en los que las cosas te suceden de forma acelerada,
el aceleramiento de las cosas y los días,
en el medio, a veces, casi sujetado de un hilo,
algunos pensamientos que se acomodan, casi desapercibidos,
en el último lugar.
En todo este tiempo
aprendí que hay que aceptar las cosas tal cual suceden,
no es un llamamiento a la pasividad, tan sólo a la calma.
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